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El Concurso Nacional de Ideas Banco Nación, Organización Funcional y Tecnológica, Conservación y Puesta en Valor de la Planta Baja de su Casa Central fue organizado por la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y auspiciado por la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA). Promovido por el Banco de la Nación Argentina, sus objetivos se centraron en combinar intervenciones de protección con mejoras en la operatividad, conservar y poner en valor el histórico edificio adaptando los diversos sectores de trabajo y aumentando la calidad de los servicios, y redistribuir las áreas de Planta Baja respetando el diseño de su autor, el Arq. Alejandro Bustillo.
El jurado estuvo constituido por el Lic. Eduardo Hecker como presidente, el Arq. Emilio Rivoira por SCA, el Arq. Eduardo Crivos por FADEA, el Arq. Roberto Frangella por los participantes y la Arq. Laura Weber y Arq. Fabio Grementieri por el promotor. Se recibieron 16 trabajos, entre los cuales se obtuvieron tres premios y tres menciones honoríficas.
A continuación, presentamos los trabajos premiados:
Primer Premio
- Autores: Arqs. Adolfo Mondejar, Pablo Mondejar, Juan M. Balsa, Rosario Mondejar, Marcos Alonso y Rocío Monje.
- Colaboradores: Benjamín Moneo, Guillermo Gianre, Arq. Pilar Luciani e Ignacio Herrera Arvay.
- Asesores: Arq. Betina Kroft (Restauración), Arq. Osvaldo Maestre (Iluminación), y Eduardo Hidalgo (Vidrios).
Reconociendo a la casa central del Banco Nación Argentina como una de las piezas arquitectónicas más emblemáticas de Buenos Aires y del país, sus autores plantean una estrategia para intervenir teniendo en cuenta tres aspectos: el relevamiento y la observación del patrimonio, la extracción de determinados equipamientos y funciones y su readecuación en base a los requerimientos del programa, y la re funcionalización y readecuación a los tiempos de hoy. Buscando rescatar la esencia del proyecto original de Bustillo, el proyecto intenta restaurar los valores tangibles y conservar los intangibles.
La propuesta se centra en recuperar y poner en valor el espacio central donde se encuentra la cúpula. Como eje de acción principal, busca ser reversible en cada una de las acciones que involucran, en primera instancia, el retiro de todos aquellos usos, mobiliarios, etc. que ocupan los espacios y se interponen en la llegada del público al espacio central del edificio, además de alterar la lectura del patrimonio arquitectónico y el mobiliario histórico. A través de la sustracción, se apunta a convertir aquel espacio en un lugar de arribo, llegada, observación y ubicación de los clientes y visitantes. La información y la tecnología pasan a formar parte de la nueva imagen del banco.
La limpieza y el rescate espacial del centro recupera también sus materiales nobles y su puesta en valor se acentúa con la iluminación cenital que propone una actualización tecnológica de las carpinterías de los lucernarios de la cúpula. Además de una iluminación natural cenital, se plantean acciones con la luz artificial ya sea para resaltar las texturas, materiales y formas originales como para resolver las necesidades de los puestos de trabajo. Dado que los materiales constituyen un valor esencial de la arquitectura del banco, uno de los objetivos es recuperarlos y restaurarlos contribuyendo a la conservación y puesta en valor de su planta baja.
La existencia de un anillo central de acero pulido como única pieza permitirá recibir a los clientes para distribuirlos en los diferentes sectores. Los mostradores históricos, protegidos por una barandilla de acero inoxidable, pasaran a ser piezas de museo y contemplación contando la historia del patrimonio y haciendo un contraste funcional y espacial entre lo existente y lo nuevo. Dentro de ellos, se ubicarán las funciones solicitadas por las bases mientras que el espacio de arte mantendrá su lugar.
Incorporando nuevas tecnologías para el acondicionamiento y los puestos de trabajo, el espacio central y su cúpula se convertirán en el primer punto de referencia de llegada del público al banco funcionando como centro de atención y derivación para las distintas áreas. Allí se aloja la banca electrónica y digital junto con las terminales de autoservicio, los puestos de agentes de relacionamiento, el sistema de turnos web y el espacio digital. Desde su interior, el objetivo es poder percibir todas las actividades que se distribuyen en los cuatro cuadrantes de la planta.
Los paquetes funcionales se resuelven como islas dentro de los mostradores con salas de espera, nuevos equipamientos de diseño simple y sintético en color blanco. Las funciones se flexibilizan y dinamizan con aquel equipamiento contemporáneo y de líneas puras para justamente buscar el contraste y el diálogo con lo preexistente. A su vez, se propone recuperar la paleta de colores original pero sumando nuevos materiales de calidad y texturas. La idea es que el equipamiento y la señalética sean restaurados y complementados con lo nuevo. Pensando en una intervención modificable con el correr del tiempo, busca convertir al edificio en un museo activo donde conviva el funcionamiento del banco con el sentido de monumento eterno, pudiendo responder a los desafíos que el siglo XXI y la pospandemia impongan.
Segundo Premio
- Autores: Arqs. Mario Boscoboinik, Jorge Iribarne, Patricia Coprez y Pablo Vrecic.
- Colaboradores: Josué Gonzalez, Francisco Zanfi y Mijal Boscoboinik.
- Asesores: Arqs. Cora Burgin y Sebastián Mouzo (Paisaje).
Con la mirada puesta en la necesidad de las entidades bancarias en inspirar confianza y brindar una imagen de transparencia y apertura a sus clientes, la propuesta se basa en pensar en herramientas que permitan llevar la luz natural al interior, renovar el equipamiento para aumentar el confort e introducir vegetación para estructurar y definir las áreas. Se plantea liberar el espacio central ubicando en sus cuatro islas las actividades del programa e incorporarlo para el uso del público y los empleados. Utilizando los colores del croma institucional en las distintas islas, se colabora con la orientación del público al identificarse con las calles del perímetro y conservando la estructura y sus equipamientos fijos, este espacio central también podría ser utilizado para exposiciones con paneles desmontables o eventos institucionales.
En cuanto a los criterios paisajísticos, el borde exterior del contenedor queda definido por el mostrador existente que junto a la vegetación enmarca y potencia el vacío central. El proyecto paisajístico busca generar un marco vegetado ya sea con árboles como estrato alto de vegetación como con una base de herbáceas como sotobosque. Dicha vegetación y su disposición permiten tener largas visuales y son dichos árboles en un ritmo continuo los que generan un espacio verde disciplinado sin perder de vista el carácter del edificio. Se necesita de un microclima monitoreado que resulte acorde a las necesidades de la vegetación por lo que las especies incorporadas son de interior para no provocar condiciones climáticas y de humedad incompatibles.
El edificio cuenta con una estructura funcional y espacial acorde a la actividad bancaria actual. Se organiza a partir de cuatro accesos de público y cuenta con espacios flexibles gracias a sus grandes luces estructurales. El espacio central se libera entonces de todas las funciones administrativas pasando a ser el espacio que, como sostienen sus autores, mejor identifica a la institución organizando el funcionamiento del complejo en su totalidad.
El espacio central se plantea como un espacio vacío dándole la posibilidad a los espacios de trabajo de adaptarse a distintos usos. El circulo verde constituye un límite de refuerzo de la idea, que con una sucesión de árboles permite lograr transparencia y visuales entre sus troncos. Con respecto al equipamiento, la búsqueda se centra en modelos con solidez, buen envejecimiento y un diseño atemporal.
La propuesta busca conjugar la preservación de las características originales del edificio con la actualización del espacio de naturaleza incorporado. Reconociendo un trabajo de limpieza y restauración interior y exterior acorde, busca recuperar la histórica cúpula blanca, volver transparentes sus lucernarios y ventanas exteriores e incorporar el verde en su interior.
Tercer Premio
- Autores: Arq. Jaime Grinberg y Adriana Dwek
- Colaboradores: Arq. Rosana Niro, Oriana Guzzo y Arq. Alexis Gluzman.
- Asesores: Arq. Luis María Gorodner (Patrimonio), Pablo Rossi (Gráfica) y Arq. Paola Varchetta (Iluminación).
Reconociendo el impacto urbano del edificio del Arq. Bustillo, el proyecto plantea resignificar esta pieza urbana en base a la relación con su entorno. Atravesando diagonalmente el edificio, el espacio central se transforma en un atrio público donde se plantea la Galería Bustillo, un lugar para poder vivenciar el arte del arquitecto desde todas sus dimensiones. Las islas alojan los nuevos programas de atención personalizada mientras que los mostradores se transforman en patrimonio y limites virtuales de cada uno de los sectores.
El equipamiento se dispone siguiendo un patrón que reconoce las grillas propuestas por Bustillo: el mobiliario de atención y trabajo se dispone longitudinalmente en sentido este oeste, las cajas se organizan según el patrón circular de la isla central y la galería con paneles que se definen por los radios del círculo. La diagonal central deja ver la geometría de Bustillo mientras que un anillo suspendido es quien enmarca la composición general.
En cuanto a su materialidad, se busca que todos los elementos incorporados, los paneles de vidrio, el mobiliario, los nuevos revestimientos de madera de lenga y el anillo central de aluminio se reflejen virtualmente sobre el piso pulido tal como en la inauguración del Banco.
Se proponen una serie de sistemas de iluminación acorde a cada uno de los sectores a intervenir con el objetivo de poner en valor y jerarquizar la espacialidad de la arquitectura existente. A través de una iluminación difusa y homogénea en todos los sectores, se pretende mejorar y actualizar la calidad lumínica del ambiente interior como así también resaltar y jerarquizar la espacialidad de la arquitectura existente. El objetivo es generar un ambiente cálido y agradable para su recorrido y valoración, una atmósfera contemporánea con un diseño de líneas puras y versátiles que resulte acorde a la imagen actual de la institución.
Respecto a la señalética y la gráfica, niveles o tiras de información se fusionan con el proyecto y el patrimonio existente como lectura de un todo. Se establece un diálogo entre las bandas y junto a la espacialidad del edificio revalorizan el contexto. Desde su equipamiento, también se propone generar un diálogo entre la nobleza del edificio y la materialidad y la paleta cromática de su mobiliario. Respetando los valores arquitectónicos y espaciales originales, se apunta a una revalorización de la espacialidad urbana accediendo al interior del edificio e integrándose con el espacio operativo funcional.
Primera Mención
- Autor: Juan Ignacio Azpiazu
Como sostiene su autor, el salón de la casa central del Banco constituye un espacio cubierto con las dimensiones propias de los espacios urbanos. Su propuesta plantea responder a la necesidad programática a través de una estrategia arquitectónica que pueda sostenerse y desarrollarse en el tiempo, teniendo en cuenta que las respuestas a las necesidades actuales puedan adaptarse a futuro. Bajo la mirada de un esquema reversible y modificable, las intervenciones sobre la cáscara del monumento arquitectónico se enfocan en la restauración de sus condiciones originales o su reparación mientras que las necesidades funcionales se piensan en base a un equipamiento coherente con la arquitectura del edificio.
Entre sus objetivos se encuentran restaurar el orden visual del espacio de la sala con mejoras en iluminación y en el rol espacial del equipamiento mejorando la orientación de los visitantes en ella y su iluminación en el plano de trabajo. De esta manera, se propone recuperar las profundas vistas a través de la sala y el contraste entre aquella cáscara monumental y el equipamiento funcional. A su vez, se intenta restaurar el sentido de la iluminación general del ambiente tanto natural como artificialmente mejorando sus condiciones con la implementación de iluminación puntual y los colores del equipamiento.
La idea de contribuir a la orientación dentro del salón se piensa a través de, por ejemplo, una nueva señalética, un reloj de poste, la restauración de los módulos de cajas de bronce a sus posiciones originales dentro de lo posible o el retiro de la estructura ocupada por la galería de arte. Se busca respetar el esquema original de colores y materiales de terminación recuperando el efecto de sus matices y el sentido original de sus contrastes.
El esquema de materiales evidencia un efecto que estimula los colores y los brillos pasando desde la oscuridad hacia la claridad y de colores secundarios y terciarios a primarios. Se propone una iluminación general con más calidez que la utilizada sobre los planos de trabajo permitiendo la lectura de las superficies que definen el recinto con sus formas, colores, texturas, luces y sombras.
Pretende colaborar con la “sobria claridad” mencionada por Bustillo y como estrategia general, reflexiona sobre la consideración de aumentar la utilización de iluminación natural acompañada por un estudio de opciones que mejoren la entrada de luz a través de la bóveda con elementos exteriores y soluciones contemporáneas que resuelvan los requerimientos de iluminación y térmicos. Desde la señalética, se decide, al eliminar el marco y utilizar una tipografía actual, evitar confusiones entre la obra original y contemporánea mejorando a la vez la legibilidad.
Segunda Mención
- Autora: Arq. Liliana Eva Steibel.
- Colaborador: Arq. Felipe Rodriguez Traverso.
Considerando como protagonista principal al público del banco, la propuesta plantea reforzar el carácter simbólico del edificio. El área central puede ser atravesada y contemplada y los espacios, que anteriormente estaban protegidos y cerrados al público en general, se abren de manera de consolidar relaciones más directas y cercanas entre el banco y sus clientes. Se concentra un uso público central y una especie de gradientes de usos más privados a medida que se aleja del centro.
A través del polígono de ocho lados, se busca reforzar el centro remitiendo al mobiliario original planteado por Bustillo de la mano de una estructura pesada y contundente que al ser atravesada permita observar y contemplar la gran bóveda y el espacio central. Este oscuro vacío central pretende manifestar la experiencia de atravesar una obra de semejante envergadura.
Los espacios de atención al público se prevén con mobiliario abierto y cómodo para lograr una relación más directa entre las partes mientras que los espacios internos se plantean flexibles ya sea para utilidad de los agentes o en conjunto con un intercambio de escritorios según las necesidades y los protocolos correspondientes. Más allá de la búsqueda de la privacidad en determinados sectores, en criterios generales, la propuesta busca espacios transparentes y visibles que representen la actividad del banco. Su distribución busca optimizar las diferentes clases de situaciones posibles y la funcionalidad del edificio.
Bajo la premisa de que cada una de las personas que atraviesan el edificio pueda vivir y ser parte de su monumentalidad, el equipamiento se diseña con materiales nobles y bajo conceptos de durabilidad con el fin de integrar los bienes muebles del banco con el paso del tiempo.
Tercera Mención
- Autor: Arq. Leandro Reati y Arq. Victoria Barragan.
La propuesta se basa en conseguir el equilibrio entre reconocer a la obra desde su patrimonio histórico y posicionar a la figura del Banco Nación como una institución contemporánea con una imagen capaz de adaptarse al siglo XXI. Se busca realizar una intervención minimalista y despojada que aproveche al máximo el uso del espacio manteniendo la esencia original del hall, los materiales, colores, equipamientos fijos, circulaciones verticales y accesos.
En vísperas de lograr una relación más fluida dentro del hall, los espacios se abren aprovechando al máximo la luz natural. El sector central se plantea como lugar de atención y espera flexible contemplando diferentes grados de situaciones y apuntando a lograr una relación más personalizada entre los clientes y la sede. La vegetación aporta frescura y renovación del aire dentro de este sector permitiendo tener visuales a lo largo de la planta.
El sector central interior de uso exclusivo del personal alberga al sector de Backoffice y equipamientos Multifunción, haciendo un gran aprovechamiento de la luz cenital. Los sectores perimetrales a la isla central son aprovechados como mostradores digitales mientras que la Galería Bustillo mantiene su posición original. El sector de cajas también conserva su lugar y las islas laterales su uso para operaciones.
Buscando mantener el diálogo entre la nueva intervención y la arquitectura del Banco, se utilizan materiales nobles, vidrio, madera, revestimientos de aluminio y mobiliario de líneas netas. Un tratamiento de impermeabilización exterior junto a una limpieza interior y exterior, se proponen para la cúpula del sector central con el fin de obtener el máximo aprovechamiento de luz natural.
.jpg?1629831011 "Conoce los proyectos para la puesta en valor de la planta baja de la Casa Central del Banco de la Nación Argentina")
